lunes, 11 de junio de 2012

ITACA


Ya hemos soltado amarras del puerto de Almerimar, donde cerramos un círculo hace ya medio año. De aquel ciclo sacamos varias conclusiones, principalmente, que navegar es más duro de lo que parece y que hay que estar preparado física y mentalmente para todo tipo de incomodidades, de imprevistos, de sustos, de noches largas de travesía, etc. porque para lo bueno uno siempre está preparado: puestas de sol, cervecitas frescas, baños estimulantes, paisajes maravillosos...
Y así, con la pequeña escuela que tenemos y la que nos espera por delante, emprendemos otra vez esta aventura, tratando de interiorizar el espíritu del viaje, de cualquier aventura, la esencia, que tan poéticamente reflejó Kavafis en su obra Itaca y que Carmen, tan acertada ella, me descubrió hace algún tiempo. Desde entonces, no lo he dejado de tener presente, gracias. Y ánimo a todos aquellos que buscáis vuestra Ítaca particular, en las innumerables formas que ésta pueda adoptar, muchos ya lleváis un largo y fructífero camino (ánimo Xavi).



ITACA
Cuando emprendas el viaje hacia Itaca
ruega que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de descubrimientos.
A Lestrigones, Cíclopes,
al colérico Poseidón -no temas:
nunca hallarás tales seres en tu camino,
nunca mientras altos sean tus pensamientos,
mientras una extraña emoción
estimule tu alma y tu cuerpo.
A Lestrigones, Cíclopes,
al fiero Poseidón nunca encontrarás
a menos que en tu alma lo lleves dentro,
a menos que tu alma los ponga ante tí.

Ruega que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano en que,
con gran placer y alegría,
entres en puertos desconocidos;
podrías detenerte en los mercados de Fenicia
y comprar hermosas cosas,
coral y nácar, ámbar y ébano,
toda clase de perfumes sensuales...
adquiere tantos como puedas;
podrías visitar muchas ciudades egipcias
y no dejar de aprender de sus sabios.
Que siempre Ítaca esté en tu pensamiento.
Llegar ahí es tu destino.
Pero nunca apresures el viaje.
Es preferible que dure años,
que seas viejo cuando alcances la isla,
rico con todo lo que habrás ganado en el camino,
sin esperar que sea Ítaca quien te haga rico.
Ítaca te dio un maravilloso viaje.
Sin ella no habrías partido.
Pero ella no tiene más que darte.

Y si la encuentras pobre, no creas que Ítaca te ha engañado.
Sabio como te has hecho, tan pleno de experiencia,
habrás entendido lo que significan las Ítacas.


Constantin Pétrou Kaváfis (Alejandría 1863-1933) 

2 comentarios:

Lola, Cecilia y María dijo...

Qué bien que vuelves a escribir en tu blog Anuskilla, seguiremos vuestras aventuras con mucho interés, cuidaros mucho, besos gordos

xavi dijo...

Que la travesía sea larga pero sin tempestades, sin temporales y con viento, pero no demasiado, lo suficiente para llegar a Itaca sanos y salvos.